Winter is coming

Una mañana  de invierno que podría ser hoy. Las doce y media rondan ya, el café se ha terminado, tu garganta se desgañita con cada tos que expiras. El sol brilla y te permite  ver las cimas de la viviendas plagadas de antiestéticas antenas metalicas, torcidas a media altura, frágiles sostenidas por cables de acero. Te das cuenta del silencio que te rodea, por fin puedes oír tus pensamientos. Despues de días de ajetreo de aquí para allá, al fin un momento de soledad, no de la soledad que duele, sino de la que te permite estar en paz, sin tener que realizar ningún esfuerzo para entender qué sucede a tu alrededor, sin tener que forzar sonrisas. El sol brilla en una fría mañana en la que no te has puesto calcetines. Papa Nöel exhausto en el Polo Norte  cansado de tener que cargar cada vez con más regalos para unos niños occidentales que ocupan todo su tiempo, cada vez más exigentes en cantidad y valor de sus expectativas. Las calles en silencio, carteras rotas por la ganas de aparentar el yo también puedo pero realidades diferentes. El viento frio y el silencio se llevan por momentos el recuerdo de que vivimos en un mundo holográfico, en el que nada es real excepto los sentimientos que acompañan a cada observación.

Hoy será un buen día.

Días en los que te preguntas qué sentido tiene todo.No entiendes qué haces levantándote temprano, yendo ocho horas a una oficina a intentar dar lo mejor de ti sin saber muy bien para que lo haces si tu mente está fuera de ahí.
Sabemos perfectamente quiénes somos y nos vemos a la cara en la calle fingiendo no reconocernos. Formamos parte de una secta de individuos que calla y acata un modelo putrefacto, un estilo de vida antinatural y deshumanizado.
Aceptamos las reglas del juego y evitamos destacar por miedo a ser rechazados, miedo a que el sistema nos deseche, nos margine y devore todos nuestros sueños.Nos asusta pensar que los demás nos vean como fracasados y nos obligamos a demostrar que somos los mejores, que si queremos podemos lograr lo que nos propongamos y , entretanto, nos olvidamos de dedicar tiempo a las cosas que realmente nos importan, que nos llenan por dentro.
Un día la vida te sacude en forma de "shock emocional" a través del sufrimiento de un ser querido.Entonces sólo entonces mucha gente despierta temporalmente del aletargamiento en el que te somete la rutina del día a día.Te ves al espejo y ves que a algún loco se le ha ocurrido pintarte arrugas en la cara, observar como tu piel ya no brilla como antaño.En busca de un consuelo ves hacia tu interior en busca de recuerdos que suavicen las arrugas, de vivencias que tapen tus canas, de experiencias que llenen los años pasados y te das cuenta de que no has hecho nada de lo que querías.Mierda, ya no puedo recuperar los últimos 15 años de mi vida, tengo que cambiar esto, tengo que volver a engancharme al flujo de la vida, vivir, vivir, vivir. Mañana cuando salga de trabajar , termine de limpiar la ropa, prepare la comida para el día siguiente, después de leer unas cuántas noticias, ducharme e ir al gimnasio y sean cerca de las 12 de la noche y esté agotado, mañana, mañana cambiaré mi vida y comenzaré una nueva manera de vivir....y dentro de quince años de nuevo sacudido por otro evento que me haga replantearme el sentido de haber permanecido 15 años viviendo como un zombie entonces lo cambiaré, pero esa vez irá en serio, esa vez si lo haré.Prometo que si tengo tiempo puede que lo haga mañana mismo.....o pasado.